aunque no lo admita,
todas las mañanas lo mismo,
la vagina herida
comienza a llorar
y padece la embestida,
aquel es un cagador
que predica lo que no hace
y se regocija mirando
a dos ciegos cagarse a trompadas
una señora regordeta
con cara de sapo salpicado con pintura
y perfumada con kerosene
dice en el banco, a toda voz
el asco que le dan los negros con planes sociales
lástima que no sienta lo mismo
por ella,
y vos no te vas ni un segundo
y no puedo sacarte
y por más que no quiera
y te pienso
y tengo miedo.
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